Noriega de Bada, Antonio

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Descripción

Hombre de confianza de Godoy y tesorero general del Reino, Antonio Noriega de Bada, promotor desde Madrid de muchos proyectos para Asturias, como la carretera de Castilla, nació el 7 de marzo de 1769 en Castañera (barrio de la parroquia de Cuadroveña, en el concejo o municipio asturiano de Parres). Era hijo natural de Manuel Francisco de Noriega Pérez Estrada, juez por el estado noble del concejo de Parres, y de María Manuela de Llerandi y la Iglesia, criada de la casa.

Tras las Primeras Letras, cursó estudios secundarios, es decir, lecciones de Gramática y Latinidad, en Oviedo.

A los 15 o 16 años se marchó a Madrid y en un primer momento fue monaguillo en la iglesia de San Isidro. Allí, gracias a una beca del seminario catedralicio para estudiantes de origen humilde, recibirá lecciones de bachillerato de Cánones en el edificio de los Reales Estudios de San Isidro. En 1789 se mudó a la residencia del conde de Montarco, Juan Francisco de los Heros y la Herrán, entonces fiscal del Consejo de Hacienda y firme aliado de Manuel Godoy. Gracias a la relación entre éste y el conde de Montarco, Noriega, que ya en 1790 era oficial de la Tesorería principal de Rentas del Reino, de la del Monte Pío de Reales Oficinas y primer interventor de las Cajas de este organismo, pasó a ocupar la mayordomía de la residencia de Godoy, en aquel momento primer secretario de Estado y del Despacho, secretario de la reina María Luisa y caballero de la Orden de Carlos III. Este cargo será para Noriega su gran plataforma profesional.

En verano de 1794 logró la ejecutoria de hidalguía de la Real Chancillería de Valladolid y en octubre fue admitido en la Lista de Hijosdalgo de Madrid, lo que consiguió gracias a que uno de sus medio hermanos, el presbítero Diego Noriega de Bada, «crea con hábil artificio un enjundioso árbol genealógico cuyo fin es demostrar que el candidato a la Ejecutoria de Hidalguía desciende de hidalgos notorios, de casa y solar conocido, de armas poner y pintar, residentes en San Xuan de Parres», según señala el profesor e historiador Juan Ignacio Noriega Iglesias, autor de la breve e interesante biografía titulada Antonio Noriega de Bada. Un asturiano pintado por Goya, editada por el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Antonio Noriega, que mostró a lo largo de su breve vida, una «muy asturiana fidelidad a su tierra de origen y a sus familias paterna y materna», en 1795 se permitió el lujo de suscribir renta vitalicia (un tipo de deuda pública) sobre el Estanco del Tabaco por valor de 32.000 reales —un cifra equivalente a 25 años de jornal de un albañil de la época—, aportar 6.000 reales de fianza para que Mathias de Llerandi y la Iglesia, tío materno suyo, ocupase un cargo en la Real Renta de Tabacos, adquirir la Alferecía Mayor y una Regiduría perpetua del municipio de Amieva y, lo más importante, aportar el capital suficiente para liberar a su madre de la condición de pechera.

Dos años después de estas operaciones, Noriega ya era contador del Real Fondo Vitalicio y propietario de la judicatoría por el estado Noble del concejo de Onís, así como diputado en Cortes por el Principado, un cargo trienal muy bien remunerado y en primera línea de comunicación con la Junta General del Principado, desde el cual se asoció con Jovellanos, en aquella época al frente de la Subdelegación de Caminos en Asturias, en la defensa de una salida digna de esta región a Castilla, logrando gracias a sus gestiones ante Godoy un cŕedito de un millón de reales para las obras.

En 1797 Antonio Noriega se casó con Francisca Vicenta Chollet y Caballero, nacida en Talavera de la Reina (Toledo) y tuvieron una hija, Rita, que fue apadrinada por Godoy. Al año siguiente ya era alcalde de la Santa Hermandad (una especie de milicia popular para combatir el bandolerismo y juzgar delitos de robo o asesinato), ministro del Tribunal Mayor de la Contaduría de Cuentas y miembro del Consejo de Hacienda.

En el verano de 1800 Godoy lo puso al frente de la Tesorería General, departamento en el que estuvo 8 años. Además, en Asturias, Noriega –que en julio de 1801 ingresó en la Orden de Carlos III y para conmemorar el evento encargó a Goya su retrato, actualmente propiedad de la National Gallery of Art, de Washington—, fue propuesto por la Junta General para Procurador General del Principado, pero al no cumplir el requisito de residir en Oviedo no pudo aceptar.

Fiel a Asturias, fiel a Parres y con intención de favorecer a su concejo natal y al puerto de Ribadesella frente a la opción de Llanes o a la jovellanista de Gijón, Noriega influyó en la Junta General del Principado para que aceptase la instalación de una fábrica de hoja de lata en las inmediaciones de Cangas de Onís, siendo su papel definitivo, pues, por mandato de la Junta, gestionó con celeridad ante el rey la idoneidad del paraje de Fontameña para su emplazamiento. Las obras dieron comienzo en 1804 y la primera producción no se obtuvo hasta febrero de 1808. «Por el medio habrá mucho dinero (más de lo que Asturias se podría permitir destinar a una obra así) y tensiones dentro de la misma Junta General del Principado» (J. I. Noriega Iglesias). Cuando afloró la primera producción, ya era demasiado tarde. Los acontecimientos de marzo de 1808 en Aranjuez dieron al traste con todo.

En 1806 Noriega ya poseía el título de juez noble del concejo de Parres, es decir, el cargo que había tenido su padre, y siguió adquiriendo nuevos cargos, obligaciones y propiedades. En 1807 logró financiación para dotar nuevas cátedras en la Universidad de Oviedo. Además, atendió a los establecimientos docentes asturianos.

El estallido del motín de Aranjuez (levantamiento popular ocurrido el 18 de marzo de 1808 por las calles de esta localidad madrileña) supuso para Noriega el principio del fin. Encarcelado en un primer momento por sus vínculos con Godoy, pidió ayuda sin éxito a la Junta General del Principado. Una resolución del Consejo de Castilla le exoneró de sus cargos, hecho que no pareció servir de ayuda al cautivo. Todo se volvió contra él en un momento en que estaba por medio la Guerra de la Independencia. Apresado en su casa de Villa del Prado y trasladado a Badajoz, allí tuvo un final trágico:

«Badajoz. Puerta de Palmas, viernes, 16 de diciembre de 1808, a las dos de la tarde. Dos prisioneros franceses llegan al puesto de guardia de la Puerta de Palmas de esta capital para ser encarcelados por orden de la Junta Suprema Central Gubernativa, que, en su huida de Madrid, está a una jornada de Sevilla. Tras la represión francesa en Madrid a principios de mayo, la crispación social había alcanzado cotas importantes. La gente que había huido de la Villa y Corte hacia las regiones periféricas narraba detalles de los horrores. Así sucedía en Asturias y también en Extremadura. Pero mayor fue la crispación tras la caída de Madrid el 4 de diciembre. Así que, cuando ese 6 de diciembre llegan los prisioneros, estalla un gran tumulto y, sin que los guardianes puedan hacer nada, los dos prisioneros son linchados. La multitud, aún más enardecida, saca de la prisión a un portugués tenido por colaboracionista, que corre la misma suerte. A continuación sacan de sus celdas al coronel Tiburcio Carcelén y a Antonio Noriega de Bada. El linchamiento se consuma. Sus cadáveres, cosidos a puñaladas, son arrastrados por la pendiente inmediata al río Guadiana. Noriega tenía sólo 38 años» (J. I. Noriega Iglesias).

Fuente: Extracto del libro Antonio Noriega Bada. Un asturiano pintado por Goya, de Juan Ignacio Noriega Iglesias, editado por el Museo de Bellas Artes de Asturias (Oviedo) con motivo de la singular exposición en torno a Goya, inaugurada el 7 de mayo de 2009, con el retrato de Antonio Noriega Bada como protagonista.

Concejo de Parres

Sella y Sueve, río y montaña, balcón a los Picos de Europa desde el Fitu o desde el Pienzu, salida de la fiesta de Las Piraguas, pionero en el turismo activo, cuna de piragüistas y pescadores, y referente de una gastronomía excelente tanto tradicional como innovadora. Así es Parres.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Parres son: Amieva, Cangas de Onís, Caravia, Colunga, Piloña, Ponga y Ribadesella. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Parres, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca del Oriente de Asturias

Es la tierra asturiana que primero ve el sol, que tiene las montañas de más altitud de la cordillera cantábrica, los Picos de Europa, Parque Nacional, Reserva de la Biosfera y lugar donde se inició la Reconquista en España, concretamente en Covadonga.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña, Ponga, Ribadedeva y Ribadesella. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«El arte prerrománico asturiano tuvo una gran influencia en el desarrollo del arte románico posterior en la península ibérica. Sus características arquitectónicas y decorativas se pueden apreciar en numerosas iglesias románicas de la región. Además, este estilo artístico es un testimonio del esplendor del reino asturiano y su lucha por preservar la fe cristiana en tiempos de dominio musulmán.»